Un hogar se encuentra en estado de pobreza energética cuando tiene dificultades para acceder a fuentes de energía de alta calidad con las cuales cubrir sus necesidades fundamentales y básicas. El bajo consumo de energía, el uso de combustibles contaminantes, o la excesiva pérdida de tiempo asociada a la recolección de combustibles, disminuye el bienestar de los integrantes de la familia, dificulta su desarrollo humano y económico.
La pobreza de energía tiene tres dimensiones: acceso, calidad y equidad. El Acceso se refiere a las barreras físicas y tecnológicas que limitan el uso de servicios de alimentación, higiene, iluminación y climatización de la vivienda. La Calidad considera los estándares de seguridad, confiabilidad e inocuidad (contaminación intradomiciliaria) de las fuentes de energía utilizadas por los hogares. Por su parte, la Equidad se refiere a las barreras económicas para acceder a las fuentes de energía, o el gasto excesivo en este ítem por parte de los hogares.
De acuerdo con los datos entregados por CASEN (2017), más de 50 mil personas a lo largo de todo Chile se encuentran en situación de Pobreza Energética por falta de acceso a la electricidad en sus viviendas. Más aun, la principal fuente de energía consumida por los hogares chilenos es la leña (Figura 1), combustible que si no se maneja adecuadamente deriva en problemas de contaminación intra y extra domiciliarias. Esto es alarmante, si consideramos que además la calefacción representa un porcentaje importante del presupuesto familiar. En 2017, el gasto promedio mensual en calefacción era de $46.290; poco más del 15% del sueldo mínimo de ese año (EPF, 2017).
Los datos revelan la importancia de cuantificar y comprender el fenómeno de la pobreza energética, por su impacto en las familias a nivel de salud, social y económico. Este fenómeno no ha sido ampliamente abordado en nuestro país, lo que se refleja en la falta de fuentes e instrumentos que permitan cuantificar la Pobreza Energética a nivel nacional.
El objetivo de esta línea de investigación es caracterizar y comprender el fenómeno de pobreza energética en la zona centro-sur de Chile. Existe evidencia para plantear que los niveles de pobreza de energía aumentan considerablemente en este sector del país (Ortega et al., 2016); por ello, contar con mayores y mejores fuentes de información es fundamental para el desarrollo de políticas públicas efectivas y con pertinencia territorial.
CDT. 2019. Informe final de usos de la energía de los hogares de Chile 2018.
Encuesta CASEN. Ministerio de Desarrollo Social y Familia. 2017. Disponible en: http://www.desarrollosocialyfamilia.gob.cl/informacion-social/encuesta-casen-2017
Encuesta de Presupuestos Familiares 2016-2017. 2017. INE. Disponible en: https://www.ine.cl/estadisticas/sociales/ingresos-y-gastos/encuesta-de-presupuestos-familiares
Ortega, V.; Reyes, R.; Schueftan, A.; González, A. y Rojas, F. 2016. Contaminación atmosférica: Atacando el síntoma, no la enfermedad. Análisis de los sistemas de calefacción residencial y los programas de descontaminación atmosférica en la Región de Los Ríos. En: Boletín BES, Bosques – Energía – Sociedad, Año 2. N° 3. Febrero 2016. Observatorio de los Combustibles Derivados de la Madera OCDM. Instituto Forestal, Chile. p. 24
Dificultades para satisfacer las necesidades básicas energéticas
Relación del uso de las fuentes de energía con el medio ambiente
Estrategias y formas de uso eficiente de la energía
Comprender las variaciones del consumo de energía a lo largo del tiempo