En 1996, el 100% de la leña que se utilizaba en la ciudad de Puerto Montt provenía de bosques nativos. El 32% correspondía a ulmo, el 30% a broza (mezcla de especies nativas), el 19% a luma, el 16% a tepú y el 3% a otras especies. En 2019, en cambio, el 69% de la leña correspondía a especies nativas y el 31% a eucalipto (ver figura).
Las comunas de Fresia, Los Muermos y Maullín en 1996, eran las principales zonas productoras de ulmo. Sin embargo, su superficie de bosque nativo disminuyó fuertemente. Buena parte del tepú provenía de las comunas de Calbuco, Maullín, Puerto Montt y Puerto Varas, siendo producida a partir de talas rasas realizadas sobre suelos ñadi. Hoy, el abastecimiento de esta especie proviene de Hornopirén y la provincia de Chiloé, zonas donde las malas prácticas de extracción continúan.
A nivel regional, se observa que entre 1992 y 2019 el consumo de leña aumentó un 79%, mientras que el número total de viviendas lo hizo en un 116%, observándose un desacople incipiente entre demanda de leña y crecimiento demográfico. Uno de los factores que incide en esta situación es el reemplazo gradual de leña por pellet, electricidad y otros combustibles, los cuales han ido adquiriendo importancia en un proceso de transición energética que tiende a diversificar las fuentes de energía que se utilizan en los hogares de la región.