En la investigación se observa además una disminución en el consumo de leña de las viviendas de Puerto Montt, la que alcanza 1,5 varas de leña por vivienda al año. Esto se debe a mejoras tecnológicas (calefactores más eficientes) y viviendas con mayor aislación térmica. Otro factor relevante es el proceso de transición energética que se observa en varias ciudades de Chile, que implica avanzar desde una matriz energética leña-céntrica hacia una más diversificada, donde pellet, electricidad y otros combustibles complementan el uso de leña para calefacción y van adquiriendo una mayor relevancia.
A partir del 2014, la proporción de viviendas que consumen leña cayó, debido a un aumento explosivo en el consumo de pellet. Este proceso es muy claro en ciudades grandes como Puerto Montt, pero lo es menos en ciudades intermedias y pequeñas, como Calbuco, Castro o Maullín, y se debe en buena medida a la política de descontaminación (recambio de calefactores, campañas educativas y restricción del consumo de leña), aunque también a un mayor poder adquisitivo de las familias.
Si bien, entre 1992 y 2019 el consumo regional de leña aumentó un 79%, el número total de viviendas de la región lo hizo en un 116%, lo que muestra un incipiente desacople entre demanda de leña y crecimiento demográfico. Por otra parte, se observa una fuerte presión sobre especies como tepú, ulmo y luma, lo que estaría generando problemas de deterioro de bosques, especialmente en las comunas de Los Muermos, Maullín, Puerto Montt, Puerto Varas, Hualaihue, y en la Isla de Chiloé.