En total fueron 7 las brechas abordadas para intentar reducir las diferencias entre productores y comerciantes de leña certificados e informales.
Durante noviembre se realizaron 3 talleres en las sedes del Instituto Forestal (INFOR) de las ciudades de Valdivia, Coyhaique y Concepción, con la finalidad de abordar las brechas existentes entre productores, comerciantes y transportistas de leña certificados e informales, respecto a las exigencias de la nueva Ley de Biocombustibles Sólidos. Los encuentros fueron organizados por el Observatorio Bosques, Energía y Sociedad (BES), perteneciente al INFOR, y contaron con la participación de productores y comerciantes de leña; representantes de distintos servicios públicos; y académicos.
Rafael Sanhueza, investigador del INFOR, comenta que se efectuó una caracterización de productores, comerciantes y transportistas de leña, es decir, de toda la cadena productiva existente desde el origen del biocombustible hasta el consumidor final, entre las ciudades de Chillán y Coyhaique, y se identificaron 7 brechas sobre las exigencias presentes en la nueva Ley de Biocombustibles. En los talleres de análisis de identificación y cuantificación de las brechas existentes entre productores y comerciantes con relación al Sello Calidad de Leña, se buscó interpretar a una escala territorial las brechas encontradas, ver cómo se reflejan en la práctica, y de qué manera, y acorde a las realidades territoriales, se pueden acortar o reducir.
“En general, las brechas tienen en común el abordar la informalidad de la leña como amenaza a aquellos productores que cuentan con el sello de calidad, es lo más apremiante; la dificultad de fiscalización para poder hacer seguimiento de quienes no están formalizados y exigirles que lo hagan en cuanto a las regulaciones tributarias, como en poder acreditar el origen de la leña, su secado y sus formatos de venta”, explica Sanhueza.
Al ser consultado por las principales preocupaciones o soluciones que identificaron quienes participaron de los talleres, el investigador de INFOR acota que se mencionó la necesidad de generar mecanismos de fomento para productores y comerciantes de leña, “por ejemplo, en lo que respecta a la capacidad de tener leña seca, está directamente asociado a contar con los recursos económicos suficientes para poder tener ese capital detenido, que sería la leña que se está secando por un largo periodo de tiempo hasta estar lista y cumplir con todos los requerimientos establecidos en la ley para su venta, lo que puede tardar hasta un año”.
Toda la información recabada en los tres encuentros será sistematizada y se podrán conocer cuáles fueron los tópicos y preocupaciones principales de las y los participantes, sumado a las diferencias y similitudes considerando las distintas realidades territoriales.