El consumo regional de leña crece más lento que el número de viviendas, lo que se debe a un reemplazo gradual de leña por pellets y otros combustibles, y a un menor consumo de leña por vivienda. Esto es consecuencia de una mayor eficiencia de los calefactores, y a cambios demográficos y del uso de la vivienda.
Investigadores del Observatorio Bosque, Energía y Sociedad (BES), perteneciente al Instituto Forestal, realizó el estudio «Consumo de leña y de otros biocombustibles sólidos en la región de La Araucanía. Nuevas cifras y tendencias».
Rafael Sanhueza Venegas, investigador de INFOR Los Ríos, plantea que “La región de La Araucanía es muy diversa, observándose diferencias importantes en el uso de leña, entre las zonas andinas y el resto de la región. El consumo de leña en áreas rurales es significativamente mayor al que se observa en áreas urbanas, dado que se utiliza en actividades como secar ropa, calentar agua y calefaccionar las viviendas. La leña es abundante, buena parte se recolecta y las viviendas tienen un bajo estándar de aislación térmica”.
Diferencias en las cifras
En los últimos 30 años se han realizado tres estudios sobre el consumo de leña en la región, sin embargo, se observan diferencias significativas entre ellos.
Para el Dr. René Reyes, investigador de INFOR, “Estudios anteriores sobre el consumo de leña en la región de La Araucanía, así como en otras regiones de Chile, han concentrado las encuestas en ciertas ciudades y comunas, lo que puede incidir significativamente en sus resultados. Por ejemplo, un estudio realizado en 2015 en la región de La Araucanía, subestimó el consumo de leña en un 85%. Esto debe ser abordado y corregido, pues estas cifras se utilizan para diseñar políticas públicas”, indicó.
Impacto del consumo de leña en el bosque nativo
El volumen de leña que proviene de bosque nativo en la región de La Araucanía se ha mantenido estable, en torno a los 900.000 m³ sólidos anuales. La leña de especies nativas es especialmente importante en comunas cordilleranas como Cunco, Melipeuco, Lonquimay, Curacautín y Pucón. Por el contrario, el volumen que proviene de plantaciones forestales aumentó en más de 1.000 %, desde 150.000 m³ sólidos en 1992 a más de 1.000.000 m³ sólidos en 2017, y se utiliza de preferencia en el valle central y comunas costeras.
Al analizar el periodo 1992-2017 se observa un desacople incipiente entre crecimiento demográfico y consumo de leña, el cual se debe a que las familias comienzan a optar por otros combustibles, como el pellet o la electricidad, especialmente en ciudades grandes como Temuco y Padre Las Casas. “Este proceso de transición energética es consecuencia de la política de descontaminación y de cambios demográficos, sociales y tecnológicos que resultan en una menor demanda de energía y mayores niveles de eficiencia de los sistemas de calefacción”, destacó el Dr. René Reyes.
Para más información ve el estudio completo aquí: https://observatoriobes.infor.cl/wp-content/uploads/2021/03/BES12-1.pdf